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Frases de Óscar Wilde

Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde (Dubín,1854 – París 1900), nacido en una Irlanda entonces perteneciente al Reino Unido fue escritor, poeta, dramaturgo, profesor de estética y se le atribuye la invención del dandysmo.
Está considerado como uno de los dramaturgos más destacados del Londres victoriano tardío; además, fue una celebridad de la época debido a su puntilloso y gran ingenio. Su reputación se vio arruinada tras ser condenado a dos años de trabajos forzados en un famoso juicio en el que fue acusado de indecencia grave por comisión de actos homosexuales (nadie es perfecto). Cometió la imperdonable torpeza de liarse con Lord Alfred Bruce Douglas (al que llamaba cariñosamente Bosie), que era hijo del noveno Marqués de Queensberry. Este marqués, el papá de Bosie, fue quien estableció las reglas del boxeo amateur. ¡Como para tener un hijo mariquita y encima liado con un irlandés! ¡Hasta ahí podíamos llegar!
Wilde nos ha dejado unas cuantas frases para la posteridad que no tiene desperdicio. He aquí una selección de ellas:





El mundo es un teatro, pero tiene un reparto deplorable.

Tengo gustos simples. Me satisfago con lo mejor.

Discúlpeme, no le había reconocido: he cambiado mucho.

A veces pienso que Dios creando al hombre sobreestimó un poco su habilidad.

Resulta de todo punto monstruosa la forma en que la gente va por ahí hoy en día criticándote a tus espaldas por cosas que son absolutamente y completamente ciertas.

La diferencia entre literatura y periodismo es que el periodismo es ilegible y la literatura no es leída.

El hombre puede soportar las desgracias que son accidentales y llegan de fuera. Pero sufrir por propias culpas, ésa es la pesadilla de la vida.

Un capricho se diferencia de una gran pasión en que el capricho dura toda la vida.

Sólo los superficiales llegan a conocerse a sí mismos.

Cínico: un hombre que sabe el precio de todo y el valor de nada.

Es terriblemente triste eso de que el talento dure más que la belleza

Nada se parece tanto a la ingenuidad como el atrevimiento.

El cinismo consiste en ver las cosas como realmente son, y no como se quiere que sean.

Mientras que para la sociedad no existe mayor pecado que la vida contemplativa, los más cultos opinan que la contemplación es la ocupación natural del hombre.

Cualquiera puede hacer una cosa, el mérito está en hacer creer al mundo que uno lo ha hecho.

La belleza es muy superior al genio. No necesita explicación.

Me gusta contemplar a los hombres geniales y escuchar a las mujeres hermosas.

El hombre puede creer en lo imposible, pero no creerá nunca en lo improbable.

En los mejores días del arte no existían los críticos del arte.

Cuando la gente está de acuerdo conmigo siempre siento que debo estar equivocado.

Siempre es bueno dar consejos, pero darlos buenos es fatal.

Cuando me da por pensar de noche en mis defectos, me quedo dormido inmediatamente.

El deber es lo que esperamos que hagan los demás, no lo que hacemos nosotros mismos.

Mientras la guerra sea considerada como mala, conservará su fascinación. Cuando sea tenida por vulgar, cesará su popularidad.

Las mujeres feas son celosas de sus maridos. Las bonitas no tiene tiempo, ¡están siempre tan ocupadas en estar celosas de los maridos de los demás...!

En el mundo común de los hechos, los malos no son castigados y los buenos recompensados. El éxito se lo llevan los fuertes y el fracaso los débiles.

Hablan mucho de la belleza de la certidumbre como si ignorasen la belleza sutil de la duda. Creer es muy monótono; la duda es apasionante.

En estos tiempos los jóvenes piensan que el dinero lo es todo, algo que comprueban cuando se hacen mayores.

Parecer discreto vale tanto como entender una cosa, y es mucho más fácil.

A veces pienso que Dios creando al hombre sobreestimó un poco su habilidad.

Escojo a mis amigos por su buena apariencia, a mis conocidos por su carácter y a mis enemigos por su razón.

La educación es algo admirable, sin embargo, es bueno recordar, que nada que valga la pena se puede enseñar.

Un hombre puede ser feliz con cualquier mujer mientras que no la ame.

La experiencia no tiene valor ético alguno, es simplemente el nombre que damos a nuestros errores.

Es peligroso escuchar. Se corre el riesgo de que le convenzan; y un hombre que permite que le convenzan con una razón, es un ser absolutamente irracional.

Un tonto nunca se repone de un éxito.

Es absurdo dividir a la gente en buena y mala. La gente es tan sólo encantadora o aburrida.

Los hombre jóvenes quieren ser fieles y no lo consiguen; los hombres viejos quieren ser infieles y no lo logran.

En asuntos de vital importancia, el estilo, y no la sinceridad, es lo verdaderamente vital.

Sólo hay una cosa en el mundo peor que estar en boca de los demás, y es no estar en boca de nadie.

Si nunca se habla de una cosa, es como si no hubiese sucedido.

La única diferencia que existe entre un capricho y una pasión eterna es que el capricho es más duradero.

Mejor ser un cohete caído que no haber resplandecido nunca.

El único deber que tenemos con la historia es rescribirla.

Como no fue genial, no tuvo enemigos.

Si nosotros somos tan dados a juzgar a los demás, es debido a que temblamos por nosotros mismos.

Jamás viajo sin mi diario. Siempre debería llevarse algo estupendo para leer en el tren.

No soy tan joven como para saberlo todo.

Estoy convencido de que en un principio Dios hizo un mundo distinto para cada hombre, y que es en ese mundo, que está dentro de nosotros mismos, donde deberíamos intentar vivir.

Los buenos terminan felices; los malos, desgraciados. Eso es la ficción.

Cuanto más conservadoras son las ideas, más revolucionarios los discursos.

Es bastante difícil no ser injusto con lo que uno ama.

El valor de una idea no tiene nada que ver con la sinceridad del hombre que la expresa.

Haría cualquier cosa por recuperar la juventud... excepto hacer ejercicio, madrugar, o ser un miembro útil de la comunidad.

Los hombres casados son horriblemente aburridos cuando son buenos maridos, e insoportablemente presumidos cuando no lo son.

Detesto la vulgaridad del realismo en la literatura. Al que es capaz de llamarle pala a una pala, deberían obligarle a usar una. Es lo único para lo que sirve.

Como mala persona soy un completo desastre. Hay montones de gente que afirman que no he hecho nada malo en toda mi vida. Por supuesto sólo se atreven a decirlo a mis espaldas.

El mundo llama inmorales a los libros que le explican su propia vergüenza.

No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.

Matar es una estupidez. Nunca debe hacerse nada de lo que no se pueda hablar en la sobremesa.

Todos matan lo que aman: el cobarde, con un beso; el valiente, con una espada.

El encanto del matrimonio es que provoca el desencanto necesario por las dos partes.

Hay mucho que decir en favor del periodismo moderno. Al darnos las opiniones de los ignorantes, nos mantiene en contacto con la ignorancia de la comunidad.

El arte de la música es el que más cercano se halla de las lágrimas y los recuerdos.

La mejor base para un matrimonio feliz es la mutua incomprensión.

Las mujeres son un sexo decorativo. Nunca tienen nada que decir, pero lo dicen deliciosamente.

Es curioso este juego del matrimonio. La mujer tiene siempre las mejores cartas y siempre pierde la partida.

La única ventaja de jugar con fuego es que aprende uno a no quemarse.

Se llama matrimonio de conveniencia a un matrimonio de personas que no se convienen en absoluto.

Sólo publican memorias aquellas personas que ya han perdido totalmente la memoria.

Después de todo, ¿qué es la moda? Desde el punto de vista artístico una forma de fealdad tan intolerable que nos vemos obligados a cambiarla cada seis meses.

Que un hombre muera por una causa no significa nada en cuanto al valor de la causa.

El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible.

No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo.

Las mujeres han sido hechas para ser amadas, no para ser comprendidas.

Hay dos tipos de mujeres: las feas y las que se pintan.

No hay nada como el amor de una mujer casada. Es una cosa de la que ningún marido tiene la menor idea.

Cómo tener confianza de una mujer que le dice a uno su verdadera edad. Una mujer capaz de decir esto es capaz de decirlo todo.

La fuerza de las mujeres depende de que la psicología no puede explicarla. Los hombres pueden ser analizados; las mujeres sólo pueden ser amadas.

Ser natural es la más difícil de las poses.

Si usted quiere saber lo que una mujer dice realmente, mírela, no la escuche.

La única manera en que un hombre debe comportarse con una mujer es: haciendo el amor con ella, si es bonita, o con otra, si es fea.

Las preguntas no son nunca indiscretas. Las respuestas, a veces sí.

Sólo podemos dar una opinión imparcial sobre las cosas que no nos interesan, sin duda por eso mismo las opiniones imparciales carecen de valor.

Los niños son siempre el símbolo del eterno matrimonio entre el amor y el deseo.

Los niños comienzan por amar a los padres. Cuando ya han crecido, los juzgan, y, algunas veces, hasta los perdonan.

Los músicos son terriblemente irrazonables. Siempre quieren que uno sea totalmente mudo en el preciso momento que uno desea ser completamente sordo.

En esta vida la primera obligación es ser totalmente artificial. La segunda todavía nadie la ha encontrado.

El único encanto del pasado consiste en que es el pasado.

Adoro los placeres sencillos; son el último refugio de los hombres complicados

Cualquiera puede simpatizar con las penas de un amigo, simpatizar con sus éxitos requiere una naturaleza delicadísima.

Hay pecados cuya fascinación está más en el recuerdo que en la comisión de ellos.

Lo único capaz de consolar a un hombre por las estupideces que hace, es el orgullo que le proporciona hacerlas.

Perdona siempre a tu enemigo. No hay nada que le enfurezca más.

El patriotismo es la virtud de los depravados.

Ciertamente, Whistler es uno de los grandes maestros de la pintura, en mi opinión. Y he de añadir que el mismo Mr. Whisler está completamente de acuerdo con esta opinión.

Se puede admitir la fuerza bruta, pero la razón bruta es insoportable.

La ambición es el último refugio de todo fracaso.

Más veces descubrimos nuestra sabiduría con nuestros disparates que con nuestra ilustración.

Una sociedad se embrutece más con el empleo habitual de los castigos que con la repetición de los delitos.

Los solteros ricos deberían pagar más impuestos. No es justo que unos sean más felices que otros.

Un sentimental es un hombre que ve un absurdo valor en todo, y no conoce el precio fijo de nada.

El sufrimiento es el medio por el cual existimos, porque es el único gracias al cual tenemos conciencia de existir.

Logro resistirlo todo, salvo la tentación.

A mí dadme lo superfluo, que lo necesario todo el mundo puede tenerlo.

La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella.

Los viejos lo creen todo; los adultos todo lo sospechan; mientras que los jóvenes todo lo saben.

El trabajo es el refugio de los que no tienen nada que hacer.

La rebeldía a los ojos de todo aquel que haya leído algo de historia, es la virtud original del hombre.

A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.

Lo único que se conseguirá diciendo siempre la verdad es ser siempre descubierto.

La tragedia de la vejez no es ser viejo, sino haber sido joven.

Las tragedias de los otros son siempre de una banalidad exasperante.

La vida es simplemente un mal cuarto de hora formado por momentos exquisitos.

El medio mejor para hacer buenos a los niños es hacerlos felices.

Estar alerta, he ahí la vida; yacer en la tranquilidad, he ahí la muerte.

Cuando se está enamorado, comienza uno por engañarse a sí mismo y acaba por engañar a los demás. Esto es lo que el mundo llama una novela.

Ouida amaba a Lord Lytton con un amor que convirtió la vida de él en un infierno.

Uno debería estar siempre enamorado. Por eso jamás deberíamos casarnos.

Ningún gran artista ve las cosas como son en realidad; si lo hiciera, dejaría de ser artista.

El arte es la forma más intensa de individualismo que el mundo ha conocido.

En el arte como en el amor la ternura es lo que da la fuerza.

Vivir es lo más raro de este mundo, pues la mayor parte de los hombres no hacemos otra cosa que existir.

Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo.

Para la mayoría de nosotros la verdadera vida es la vida que no llevamos.

El escultor piensa en mármol

Que hablen de uno es espantoso. Pero hay algo peor: que no hablen.

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