De todo un poco: cultura general, comentarios curiosos y, eso sí, contenidos políticos contra el partido único PP-PSOE.
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Bien, bien, bien. Termina un año catastrófico para la economía y el empleo en España. Lo malo es que el que empieza no promete ser mejor.
Lógico. Tras integrarnos por narices en la Europa de los mercaderes, y habiendo desmantelado todos los sectores productivos patrios (adios sector naval, minero, metalúrgico, agrario, pesquero...) nos hemos quedado con una economía basada simplemente en dos pilares: el ladrillo y el turismo.
El ladrillo, ya se ha visto, se ha ido a pique. El turismo parece ser que, o mucho cambia, o hay países mediterraneos dispuestos a comernos la tostada dando más por menos. ¿Mediterráneos he dicho? Perdón, a un amante del Caribe como yo se le olvidaba que cuesta lo mismo un "todo incluido" en, digamos, Punta Cana que en Tenerife. Y no vamos a comparar el Caribe con el frío Atlántico a la altura de las islas afortunadas (ni la proverbial amabilidad de las mulatas con las tocinosas turistas alemanas).
¿El sector servicios? Si los otros sectores no funcionan, a no ser que nos dediquemos a ponernos copas unos a otros, vendernos ropa unos a otros, y repararnos coches unos a otros, mal lo veo...
Los políticos (voy a generalizar para no arremeter siempre contra el mismo, pecaría de pesado) se creen que porque Europa ya esté arrancando, España lo hará detrás. Falso. Rematadamente falso.
Asistí recientemente a un cursillo impartido por un economista, Master en Administración de Empresas y Doctor en Economía que, aparte de la docencia en ratos muertos, era asesor de una importante empresa eléctrica con facturación superior a 15.000 millones de euros y se pasaba la vida subido en un avión viajando el mundo entero, así que algo debía saber el hombre... Le pregunté, una vez que tuve confianza suficiente "Oye, sinceramente, ¿cuándo crees que vamos a salir en España de la recesión?". No entró al trapo a la primera, respondió "Bueno, en Europa ya están saliendo". Insistí: "Si, ya, ya, pero en España ¿qué?". "Mira, no tengo ni la menor idea" fue su respuesta.
Así pues, y considerando que en Grecia están comenzando los disturbios callejeros y es posible que les echen a patadas del euro, y considerando que los siguientes somos nosotros dado el nivel de endeudamiento, os aconsejaría a aquellos afortunados que aún tengáis ahorros que los invertáis en oro, yenes o directamente al colchón, pues no sería tan raro que veamos un corralito a la española no tardando demasiado.
Tenemos cinco millones de parados y seis millones, casi siete de "invitados" de las más exóticas procedencias que parecía que iban a ser nuestros "pagapensiones", pero ¡oh, sorpresa!, la semana pasada fui con mi madre al hospital y estaba lleno de estos peculiares turistas. Si están así de enfermitos de jóvenes ¿cómo estarán de viejos? ¿Y estos son el soporte de nuestra vejez? Mejor me hago un buen plan de pensiones...
Entre las noticias fin de año una que no pasa desapercibida es la retirada de publicidad de Televisión Española. ¿Qué fin tiene esto? Muy fácil: TVE siempre ha sido deficitaria, incluso con publicidad. Ahora sin ella, mucho más, luego más impuestos que pagaremos, porque ¿nos han preguntado si nos importaba un comino que la tele pública llevase publicidad o no? Y, como se dice en Derecho "qui prodest" ¿a quien beneficia?. Hombre, pues claro, a Berlusconi, dueño de Tele 5, a Prisa, a Emilio Aragón, dueño de la Sexta... a los amiguetes, vaya.
Bueno, eso sí, quizás quiten la PUBLICIDAD, pero lo que no van a quitar es la PROPAGANDA.
¿Para cuando una televisión pública plural y democrática, con cabida y debates no sólo para el PP-PSOE, con contenidos de calidad, con informativos imparciales, con programas culturales, un poco más allá de la cultureta oficial del régimen, etc?
O, sea, ¿para cuando me van a dar aquello por lo que estoy pagando, coño?
No se preocupe, no se desespere. Tómese una tilita. Está usted en ESPAÑA.
Seré breve y escueto. Sigan con atención:
1. En primer lugar es necesario generar y extender la idea de que los elementos de nuestra tradición son un problema para la libertad social e individual.
2. Después hay que identificar los elementos de la tradición propia: instituciones, símbolos, fiestas o costumbres, y empezar a mofarse de ellos. De todos es sabido que el humor ayuda a relativizar, y es un primer paso necesario para el subsiguiente ataque.
3. Posteriormente al humor se le añadirá su denigración, buscando cualquier punto débil que desvirtúe su imagen ante la opinión pública.
4. Una vez todos los símbolos de nuestra tradición, -después de haberlos socavado y mermado de mil y una manera diferentes-, se muestren ante la sociedad como vulnerables es necesario empezar a cuestionar su necesidad.
5. Una vez los miembros de la sociedad hayan decidido despreciar, rechazar, desprenderse o minimizar los elementos propios de su identidad, se hace necesario empezar a fomentar otras identidades culturales foráneas.
6. Si estas nuevas identidades produjeran algún inicial rechazo en la población autóctona, es necesario:
a. Hacer pedagogía social a favor de la tolerancia
b. Convertir a los que defienden la propia identidad en intolerantes y extremistas.
7. Si se quiere destruir la propia cultura es imprescindible que se inviertan en a y b ingentes cantidades de dinero, presión mediática y calculadas estrategias de ingeniería social.
8. Previamente a todo ello habrá que conseguir que la propia sociedad entre en decadencia, pierda una visión clara de colectivo y se diluya cualquier idea de cultura o civilización propia.
9. Para ello es bueno generar elevadas dosis de frustración que el sistema ya se encargará de convertir en fracaso individual para que la autoestima de cada individuo se vea tan deteriorada que no pueda ser consciente que no es más que una víctima de una situación cerrada.
10. Será necesario deteriorar el espíritu hasta que casi quede diluido. De esta forma cualquier tipo de compulsión se activará como mecanismo compensador de la decadencia personal.
11. El relativismo deberá incidir especialmente en mermar todo principio de autoridad. Las familias y las escuelas deberán generar individuos narcisistas y caprichosos, de esta manera podremos asegurarnos su debilidad futura como componentes del ente social, lo cual garantizará la atomización y fragilidad colectiva.
12. Una vez completamente allanado el terreno, y con la colaboración de todos los enemigos propios de nuestra civilización, la progresía relativista para entendernos, será necesario defender a ultranza el derecho de las culturas foráneas a implantarse y desarrollarse en nuestras yermas tierras (y que conste que las culturas foráneas hacen lo que deben de hacer, en ellas no hay mala voluntad como sí que la hay en cambio en los enemigos internos y propios de nuestra civilización).
13. Habrá que proteger y apoyar la expansión de las culturas foráneas mientras se sigue mermando y atacando la nuestra. Y aquí me remito a los apartados a y b del punto seis.
Dicho esto quisiera finalizar con una reflexión quizá incómoda, porque una cosa es sentir respeto por cualquier persona de cualquier cultura o religión que se muestre fiel y respetuoso con ella, y que trate de seguirla y venerarla en cualquier lugar del mundo donde esté y otra, no incompatible con lo anterior, es defender la propia identidad y los símbolos de la tradición política y cultural autóctona.
Y el respeto que merecen estas personas se convierte en rechazo por todos aquellos que, desde dentro, están tratando de derruir nuestra civilización hasta convertirla en un lugar sin alma, sin espíritu y con un grave deterioro de lo humano que lleve a la población a vivir en una insatisfacción permanente revestida de puerilidad.
Por último, es cierto que nuestra identidad cultural colectiva y nuestra tradición deben evolucionar y en ella ya no puede haber lugar ni para el racismo ni para la homofobia ni para ningún tipo de discriminación hacia la mujer, pero es necesario volver a
recuperar esa identidad, regenerarla, elevarla y darle total y absoluta prioridad.
Fuente: http://www.elmanifiesto.com/articulos.a ... iculo=3329